Este 11 de septiembre, fiesta de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, se publicaron los documentos que registraron la restauración de la imagen y que revelaron sorprendentes hallazgos.
En 2009 la Asociación María Camino a Jesús realizó el tratamiento de conservación de la Sagrada Reliquia de la Virgen de Coromoto, una imagen que mide 2 cm. de ancho por 2,7 cm. de alto y cabe en la palma de una mano.
“A 368 años de su aparición, la Asociación ha decidido hacer públicos los documentos derivados de este proceso elaborado por expertos de diferentes áreas para que todo lo que desee pueda consultarlos”, precisó en su página web.
El proceso de restauración fue desarrollado entre el 9 y 15 de marzo de 2009 por el equipo de Pablo González, Carmen Díaz y Nancy Morella Jiménez acompañados por José Luis Matheus, presidente de la Fundación María Camino a Jesús.
Este proceso contó en ese entonces con la aprobación de la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), de Mons. José Sotero Valero, Obispo de Guanaré; y del P. Manuel Brito, rector del Santuario Basílica de la Virgen de Coromoto.
El proceso y los hallazgos fueron registrados en el “Informe oficial del proceso de restauración”, la “Bitácora de restauración”, junto al informe de la químico especialista en papel, Pía Rodríguez.
La aparición mariana data de 1652 cuando la Virgen María se presentó en la choza del cacique Coromoto en forma corpórea.
Cuando el indígena extendió su mano para intentar alcanzarla, la Virgen María desapareció y dejó en su mano un papel con su imagen, la cual es conocida como la Reliquia de la Virgen de Coromoto.
A continuación los sorprendentes hallazgos en la reliquia de la Virgen de Coromoto:
1.- Fisonomía de la Virgen María y el Niño Jesús
El estudio de la imagen indicó que la Virgen María está sentada y lo que comúnmente se representa como trono de oro, sería un entramado de cañas del bohío (cabaña) del cacique.
Las paredes de la cabaña tienen símbolos dibujados que podrían ser indígenas. También la corona de la Virgen María y del Niño Jesús sentado sobre su regazo son de estilo indígena, hechas de plumas y hojas.
El rostro de la Virgen María tiene rasgos delicados de una mujer muy joven. Su cara es muy fina y delgada, serena y está sonriente.
Hay una línea delgadísima, casi imperceptible que delinea el rostro de la Virgen. Mide menos de 2 micras de ancho.
La vestimenta del Niño Jesús, con un ceñidor en la cintura, se abre en la parte inferior y se observan sus piernas cubiertas por pantaloncillos que llegan hasta debajo de sus rodillas.
2.- La imagen en su retina
La unidad aplicada para medir los ojos de la Virgen María es la micra (una milésima parte de un milímetro).
Los ojos miden 2 micras de alto por 6 micras de ancho y se aprecian las características de un ojo humano: tiene orbe ocular, cristalino, iris y un punto de luz.
En el ojo izquierdo de la Virgen María se observa un punto de luz con la forma de una silueta humana. Se presume que es el cacique Coromoto.
3.- El material de la reliquia
La reliquia está hecha sobre un papel compuesto de fibra de algodón de la época de la aparición.
La tinta de la imagen tiene un brillo y presenta relieve, está adherida al papel pero no lo penetra, por lo tanto tampoco se expande en él.
Debido a la manipulación de la reliquia hace muchos años atrás, la imagen presenta múltiples perforaciones y pequeños trozos perdidos, posiblemente porque se intentó calcar con un alfiler o aguja. El rostro del Niño Jesús fue el más dañado.
4.- Sobre el proceso de restauración
José Luis Matheus, presidente de la Asociación María Camino a Jesús conversó con ACI Prensa y recordó que cuando el Obispo de Guanare, con permiso unánime de la CEV, entregó la reliquia, pidió que se devolviera en el plazo de una semana porque él se iría de retiro con el clero.
Si bien la restauración de la imagen se proyectó entre tres y siete semanas, el trabajo concluyó en seis días.
Uno de los restauradores intentó abrir el estuche del relicario pero no fue posible porque estaba sellado con estaño. Sin embargo, bastó con poner la imagen en las manos del rector del santuario, P. Brito, para que el estuche se abriera.
Al abrir el estuche notaron que la imagen estaba manchada, muy deteriorada, incluso por restos de pegamento unos trozos quedaron pegados al vidrio del relicario que la contenía.
Sin embargo, la técnica de desprendimiento por humidificación que se utilizó permitió que se desprendiera de forma íntegra.
En el estudio de la acidez (Ph), la imagen resultó ser neutra y no coincidió con la acidez de los soportes y del estuche donde estaba contenida. “Es otro signo que nos dice ‘Yo soy la Inmaculada’”, aseguró Matheus.