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Hoy, al recibir Claudia Sheinbaum la salutación de las Secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina, declarándola su comandanta suprema, se reafirma que la autoridad civil y política es la que está al mando, no la milicia.
Y lo recibe por primera vez una mujer mexicana de nacimiento, de fe, convicciones y conciencia propia.
Tuvieron que pasar 200 años, después de lograr la independencia del reino de España, para que una mujer arribara a la Presidencia de la República.
Si vamos más atrás, serían más de 500 años, desde la incursión española a territorio mexica, que una mujer lidera los destinos del gran conglomerado.
Debemos saber que fue una mujer, Atotoztli, hija única de Moctezuma Ilhuicamina, al morir este en 1520 durante la guerra de “conquista”, la única que reinó en el imperio tolteca-mexica para mantener la dinastía o linaje tlatoani en Tenochtitlan, que siglos después se transformaría en México.
Igualmente, hay que considerar que comandante o comandanta son términos válidos conforme a la norma de la lengua española.
El hecho es significativo, porque derrumba el pregón reaccionario de que el país se ha militarizado, desvirtuando el hecho de Integrar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional. Esto no es militarización, sino la necesidad de que sus miembros reciban una preparación de carácter férreo, lealtad y disciplina.
“El pueblo no se equivoca”, sería la frase del Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles que retumbaría en el Campo Marte. “El México de hoy es testigo de uno de los cambios más significativos y trascendentales en la historia de la vida nacional; la Marina le presenta su respeto y subordinación”, remataría.
Por su parte, el general Trevilla Trejo, señalaría: “México acaba de vivir un hecho inédito, luego de que millones de mexicanos eligieran a Claudia Sheinbaum Pardo como presidenta de la República”.
“Todos los mexicanos fuimos testigos de un acto que constituyó un hito en la historia patria, ya que, orgullosamente, presenciamos la toma de posesión de la primera mujer jefa de Estado que guiará el destino del país. Esto debe enaltecerse”.
Lo que se me ocurre es recomendar la reapertura del centro psiquiátrico “La Castañeda” y guardar un lugar para Lili Téllez, Javier Lozano Alarcón, Carlos Alazraky, Marko Cortés, Héctor Aguilar Camín, Carlos Loret de Mola y anexas, previendo su enloquecimiento.
POSDATA: Las críticas rancias al equipo del gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta, han ido creciendo. Los sabuesos investigan por todos lados, desde su trayectoria, méritos, lealtades, traiciones, que comen, que compran y como viven, hasta su vida privada.
Los que así actúan por consigna, envidia, ambición personal o esperando cobrar por su silencio para ser colocados en la administración pública o fortalecer sus portales, se encargan de suponer, de enviar anónimos, de amenazar e imaginar. Señalan con o sin sustento y se atreven a afirmar que al gobernador electo no le gusta el escrutinio, como aseguraría torpemente el periodista Álvaro Delgado, quien ignorante de la historia, no sabe que Armenta ha sido altamente tolerante en su carrera política, pero siempre dispuesto a enfrentar la infamia y echar abajo la mentira.
¿Quién les paga?
¿Quién los incentiva?
No quiero pensar en fuego amigo.
A los enemigos ya los conozco.
Indagar o investigar y contar la verdad, enriquece la libertad, la democracia y ayuda a la gobernanza. No así la calumnia y/o la extorsión, repudiables e indignantes.
Esto merece espacio aparte. El domingo es bueno.