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La Iglesia Católica, conmemora la Fiesta de San Andrés, apóstol de Jesús, hermano de Pedro y pescador como él. Murió crucificado por difundir el Evangelio.
Los Evangelios hacen referencia que Andrés fue uno de los 12 apóstoles que seguían a Jesús. Hermano de Simón, llamado Pedro, e hijo de un pescador de nombre Jonás, fue discípulo de San Juan el Bautista.
Al bautizar San Juan a Jesús, Andrés exclamó: «¡He ahí al cordero de Dios!» y decidió seguir a Jesucristo.
Andrés predicó en Grecia, el Mar Negro y el Cáucaso. Fue el primer obispo de Bizancio, un cargo que finalmente se convertiría en el Patriarcado de Constantinopla. Por ello, es considerado cabeza de la Iglesia Ortodoxa Griega, como Pedro lo es de la Iglesia Católica Romana y San Marcos el Evangelista de la Iglesia Ortodoxa Copta de Egipto.
Andrés fue crucificado en una cruz en forma de «X» (crux decussata), no con clavos sino atado. Sus restos habrían reposado en Patras, desde donde habrían sido trasladados a Constantinopla.
Andrés fue e l primero de los apóstoles en responder a la llamada de Jesús, fue sepultado en el año 357 en un altar de Constantinopla por orden de Flavio Julio Constante, el hijo de Constantino I el Grande, hasta que en el año 1210, los cruzados robaron sus restos y los llevaron a Amalfi, al suroeste de Italia.
Aunque hay varias teorías, la tradición cuenta que la cabeza del apóstol se quedó en Grecia, en el lugar donde el apóstol fue martirizado.
En 1460, el gobernador de la ciudad, llamado Tomás Paleólogo, se vio obligado a abandonar Patras debido a la invasión musulmana. Llegó así hasta Roma y se llevó consigo la cabeza del apóstol San Andrés, que entregó a la Iglesia a cambio de espléndidos bienes materiales.
Fue el Papa Pío II quien ordenó colocar la cabeza de San Andrés en uno de los pilares que sostenían la antigua cúpula de la Basílica de Constantino, previa a la Basílica de San Pedro que conocemos hoy en día.
Este se convirtió en un lugar de devoción y numerosos peregrinos de todo el mundo llegaron a Roma para adorar una de las reliquias más importantes del hermano de Simón Pedro, que también se conservó en la basílica actual.