Sin Secretos / Angélica García Muñoz
A 100 días de que Alejandro Armenta, tomara las riendas de Puebla, el gobernador no solo está pensando en los poblanos; está apostando por México, por el Plan Nacional de Claudia Sheinbaum y, aunque suene ambicioso, por una mejor posición para Mexico en el ajedrez mundial.
Mientras el planeta se sacude con tensiones entre Ucrania, Rusia, Estados Unidos y China, y los países árabes buscan su propio hueco en la colisión de potencias, México enfrenta un momento definitorio.
Y en este torbellino, Puebla no es un espectador, es un jugador con cartas inesperadas sobre la mesa.
El mundo en ebullición y México en la encrucijada
El dominio global se tambalea. China y Estados Unidos disputan la cima, Rusia juega sus fichas en Ucrania, y el regreso de Donald Trump al poder trajo vientos de tormenta: amenazas de aranceles a nuestras exportaciones, amenazas de intervención contra el narco y una presión económica que obviamente afectarán al peso mexicano contra el dólar, esto ya lo advierten analistas como Jorge Gordillo de CIBanco, y se deduce con facilidad.
En este contexto, México no puede quedarse de brazos cruzados, y menos con un vecino que nos ve como patio trasero. ¿Dónde nos deja eso, como país y como estado?
Depende de cómo nos miremos.
Si nos asumimos como potencia, hay un camino claro; si nos rendimos a la sombra del gigante, seguiremos siendo el eterno segundón.
Morena, es la chispa que surgió para frenar la degradación del sistema político mexicano y ha dado frutos: el pueblo lo siente, y votó por él.
¡Díganle a los miles de adultos mayores si no sienten su pensión en los bolsillos!
Pero también es cierto que, como todo sistema, Morena empieza a mostrar grietas, es inevitable, y era de esperarse. Todo sistema humano se degrada.
Pero aquí entra la visión, y es donde Armenta se distingue.
El gobernador se aleja de las grietas y se suma a Claudia Sheinbaum en su proyecto de nación.
No se trata solo de gobernar Puebla; se trata de ser un eslabón en la cadena que Sheinbaum teje para blindar a México ante un mundo que no espera a nadie.
En seguridad: Blindar Puebla es blindar el país
En 100 días, Armenta ha dado golpes que resuenan. El decomiso de millones de litros de hidrocarburo robado no es solo un titular de periódico, es un mensaje al crimen organizado, que forma parte de la estrategia nacional.
Coordinado con la Marina, la Guardia Nacional y la SEDENA, Puebla bajó del lugar 12 al 17 en homicidios dolosos a nivel nacional, según la Secretaría de Seguridad federal. Torres de vigilancia, módulos tecnológicos en los límites y convenios con siete estados vecinos —Veracruz, Oaxaca, Tlaxcala, Hidalgo, Morelos, Guerrero, Hidalgo y Estado de México— están «blindando» el estado, como él mismo lo llama.
Esto no es solo orden local; es una carta en la mesa nacional.
Si México quiere negociar con Trump, necesita mostrar resultados contra la delincuencia que él tanto señala.
Claudia lo sabe, Armenta lo sabe, y sus operativos no son solo para los poblanos: son un la articulación del gobierno de puebla a la soberanía que Sheinbaum defiende.
Pero no todo es miel sobre hojuelas: el huachicol y el crimen no se erradicarán con decomisos espectaculares, Hacen falta raíces más profundas —empleo, educación, cohesión social— para que el blindaje no sea solo fachada.
Por eso es interesante el movimiento en el campo poblano, es otra piedra angular que escala de lo local a lo nacional y se impacta contra los aranceles.
Estas inversiones son el as bajo la manga.
Armenta anunció una inversión histórica de 1,634 millones de pesos para el sector agropecuario, alineada con la soberanía alimentaria de Sheinbaum.
Riego por goteo, maquinaria, agricultura urbana y transformación de residuos en composta: no es un plan menor.
En un mundo donde Trump amenaza con cerrar mercados, depender menos de las importaciones y fortalecer la producción local no es solo una buena idea; es una necesidad.
En sus primeros 100 días, el gobernador ha dicho que esto beneficiará a más de 150 mil productores y sentará las bases para que Puebla sea un pilar alimentario.
Frente a una posible recesión, este impulso al campo es una apuesta audaz. Pero no es infalible. Analistas como Adriana García de México, ¿Cómo Vamos? advierten que nuestra integración con EE.UU. es tan honda que ningún tractor nuevo nos hará inmunes a los aranceles.
Falta logística, mercados alternativos y tiempo. Aún así, el mensaje es claro: Armenta no solo piensa en cosechas; piensa en la nación.
Nacionalismo articulado con la presidenta, es el humanismo mexicano en acción.
Lo que parecen piropos es en realidad el reflejo del proyecto d nación que escogieron los mexicanos, y los poblanos cuando escogieron a Alejandro Armenta.
Entonces no son resultados sueltos. Armenta se muestra con actitud firme —tres funcionarios destituidos por malas prácticas en 100 días— y su respaldo a Sheinbaum reflejan una visión que se articula, integra y ejecuta el plan nacional en la región, ademas. Todo indica que lo enriquece
Armenta y cualquiera con el mas leve análisis global Sabe que Puebla no puede aislarse del rompecabezas nacional, Tecnología, campo, infraestructura: son los cimientos que está poniendo, no para un sexenio, sino para un México que juegue en la liga de los grandes.
Y eso exige más que programas: El reto es titánico. Ejecutar esta visión trasciende a un hombre o a un partido; requiere que el sistema entienda la misión.
Eso no es piropo, es política en su estado puro. No es una aspiración es como debe ser. Un proyecto de nación debe ser la exigencia del pueblo.
En 100 días, Armenta ha mostrado estrategia: seguridad para blindar, y campo para sostener.
Pero el camino apenas comienza. ¿Podrá Puebla, y con ella México, subir escalones en un mundo que no perdona titubeos?
La presión es brutal, las expectativas también. Como testigos —periodistas, ciudadanos, nos toca no solo mirar, sino exigir.
Porque esto ya no es solo política: es humanidad buscando trascender.

16 años cuestionándolo todo, investigación y crítica política sin censura.
