Libre Expresión / J. Antonio Cuéllar M.
El gobernador sustituto, Salomón Céspedes, tomó la decisión más prudente y equilibrada al determinar que por el momento no contempla realizar cambios en el gabinete estatal, lo cual habla de sensatez y prudencia. Puebla no está para que las aguas se agiten.
Tras la muerte del gobernador Miguel Barbosa Huerta, debe prevalecer un clima de confianza y credibilidad respecto al gobernante sustituto, y su gobierno. Los cambios se tendrán que dar pero a su debido tiempo.
El propio Sergio Salomón, no ha descartado modificar las estructuras de las 20 secretarías de estado, lo cual habla de que irá con tiento, considerando que son casi dos años que encabezará al gobierno estatal, y al final entregar buenas cuentas.
Malo para la entidad impulsar campañas que solo generan la inquietud e inseguridad.
Apremia un profundo análisis que conlleve a tomar decisiones que como lo dijo Salomón Céspedes continúa con el proyecto transformador.
Queda claro que el nuevo gobernante tendrá su sello personal, y eso no guste a todos, lo cual conllevaría a que haya funcionarios que decidan irse, eso escapará a la voluntad del mandatario de buscar la inclusión y promover un clima que evite los sobresaltos.
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