J. Antonio Cuéllar / Libertad de Expresión
Muchos problemas le heredaron sus antecesores a Miguel Barbosa Huerta, que desde el pasado 1 de agosto despacha en Casa Aguayo, como gobernador de Puebla.
Barbosa no solo se encontró con 1) gran corrupción en casi todas las áreas de la administración pública estatal; 2) una deuda de 44 mil millones de pesos, que principalmente proviene de los compromisos generados por los PPS y APP, así como convenios, laudos y pagos pendientes a proveedores, si bien no todo está tipificado como deuda, representa una obligación de pago; y 3) en caja solo se dispone de 600 millones de pesos para terminar el 2019.
Barbosa, ha empezado a tocar puertas en la Federación, y de entrada tuvo buena acogida por el presidente Andrés Manuel López Obrador; por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Spriu; y por el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo Montaño. Y el cabildeo del gobernador seguirá con otras dependencias.
En el combate a la corrupción, para erradicar el mal, se tiene que combatir desde la raíz, y la acción empezó con proponer al Congreso del Estado la actualización de la Ley Orgánica de la Administración Pública que fue aprobada por el Congreso del Estado y que elevó de 12 a 17 las secretarías y recomponer la estructura del gobierno estatal.
Otra acción es que se iniciaron auditorías a las diferentes áreas de la administración pública estatal y PPS y APP, para supervisar de cómo se utilizaron los dineros, como se otorgaron las obras, como se realizaron los contratos, a lo cual está obligado el actual gobierno.
Y una acción más fue borrar los emblemas del morenovallismo colocados en inmuebles públicos, y que representaban una época oscura para Puebla.
En otra arista, Barbosa nombró a nuevos mandos policiacos, con el propósito de cerrarle la puerta a la delincuencia en las áreas de la Seguridad Pública; y emprender acuerdos con los gobiernos de Veracruz y Tlaxcala, para trabajar de manera conjunta en municipios limítrofes.
Mientras el actual gobernador se viene ocupando de poner al día al Estado, sus opositores del PAN, se han dado a la tarea de denostarlo en las redes sociales, tratando de hacer parecer al gobernador de ser un político que no puede resolver los problemas de la entidad.
Pero el ataque del PAN contra el gobierno de Miguel Barbosa no queda ahí, sino que ha empezado a buscar tejer puentes de negociación con el sector Privado y con algunas universidades, todo para que haya un frente opositor contra el mandatario estatal, con miras a las elecciones del 2021.