En la víspera a ser detenido, juzgado y crucificado Nuestro Señor Jesucristo, sufrió la traición de uno de sus discípulos de nombre Judas Iscariote, vendiéndolo al Sanedrín -del tribunal judío- por 30 monedas de plata.
Por lo cual, este Miércoles se recuerda el hecho ignominioso, y que representa el antesala para que el Hijo del Hombre iniciará su dolorosa pasión.fue
El beso de traición de Judas a Jesús, fue la señal para que lo detuvieran los soldados del Sanedrin, y luego ser insultado, golpeado, juzgado y morir en la Cruz, como un Cordero llevado al matadero, sin culpa alguna.
Las citas bíblicas dan cuenta de la traición de Judas:
“¿Qué queréis darme y yo os lo entregaré?” Ellos le asignaron treinta monedas de plata” (Mt. 26, 1415).
Jesús no desconoce las intenciones de su discípulo. Tanto así, que durante su última cena con los Doce, lo delata ante todos: “Y mientras comían recostados, Jesús dijo: “Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará, el que come conmigo” Ellos comenzaron a entristecerse y a decirse uno tras otro: “¿Acaso soy yo?” El les dijo: “Uno de los Doce que moja conmigo en el mismo plato”” (Mc. 14, 18-20).
Mateo, añade: “Entonces preguntó Judas: “¿Soy yo acaso, Rabbí?” Dícele [Jesús]: “Sí, tú lo has dicho”” (Mt. 26, 25)
Jesús en el Huerto de los Olivos, con sus discípulos:
“Todavía estaba hablando Jesús a su discípulos en el Monte de los Olivos, cuando se presentó un grupo; el llamado Judas iba primero, y se acercó a Jesús para darle un beso. Jesús le dijo: “¡Judas, con un beso entregas al Hijo del Hombre!”” (Lc. 22, 47-48).
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