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Libre Expresión

León XIV, de rodillas a los pies de la Virgen del Buen Consejo

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El papa León XIV de rodillas ante la imagen de la Virgen del Consejo

 

Libre Expresión / J. Antonio Cuéllar M.

El Hijo agradecido que renunció a los apegos mundanos para atender las cosas de Dios, como representante de su hijo Jesucristo, en la tierra con el nombre de León XIV,  pidió ante los pies de la imagen de la Virgen del Buen Consejo, su intercesión para un papado fructífero, para la salvación de las almas.

Muy de mañana, el Papa llegó al Templo erigido a la Virgen del Buen Consejo, y descendió del auto -hecho que sorprendió a los fieles que llegaban a la santa misa- entró y se arrodilló, y por varios minutos oró.

León XIV, como agustino, está formado en la mortificación y en la oración, y en su nueva encomienda como pastor de la Iglesia Católica que aglutina a mil 400 millones de bautizados, se enfrenta a un mundo difícil y complejo, donde solo escuchar la palabra de Dios, molesta y espanta, y es causa de persecución para quienes se atreven a decir que son católicos.

La Iglesia de Cristo, siempre ha sido perseguida, basta analizar la historia. El propio Jesus murió clavado en una Cruz, para la salvación de las almas; sus apóstoles fueron víctimas de persecución y murieron ofrendando su vida a Dios, tambi´ñen martirizados.

Mientras el mundo católico agradece a Dios les haya dado al Papa León XIV,  hay otros que promueven una campaña de desinformación para generar confusión.

Dicen que el papa León XIV es él Anticristo, buscan confrontarlo con cardenales y obispos. Pero él, como Buen Pastor dará la vida por las ovejas que le ha encomendado Dios.

¿Quién es la Virgen del Buen Consejo?

La Virgen del Buen Consejo es una advocación mariana,  (en latín, Mater boni consilii). Esta advocación se asocia a una pintura milagrosa ubicada en la iglesia agustina de Genazzano, cerca de Roma, Italia. 

La Virgen del Buen Consejo se considera una intercesora en las dificultades y un guía para tomar buenas decisiones. Es una advocación muy querida por la Familia Agustiniana y se venera en diversos lugares, incluyendo Scútari, en la frontera norte de Albania, y Genazzano, en Italia. 
Pío IX incluyó la frase «Madre del Buen Consejo» en las letanías lauretanas, honrando esta advocación. La Virgen del Buen Consejo es una figura mariana central para muchos católicos, especialmente aquellos que buscan guía y consejo en sus vidas. 

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