Por José Manuel
En los últimos años ha surgido una preocupante tendencia entre los jóvenes que está cobrando vidas a una velocidad alarmante: el uso del fentanilo. Esta sustancia que, es hasta 50 veces más potente que la heroína, se ha convertido en una amenaza creciente para la salud y el bienestar de los adolescentes y adultos jóvenes en todo el mundo. Veamos cuales son algunos de los peligros asociados con esta droga y la necesidad de abordar esta crisis de manera urgente.
El fentanilo es un opiáceo sintético que se ha utilizado durante décadas como analgésico para tratar el dolor intenso, sin embargo, ha aumentado de manera significativa su presencia en el mercado ilícito en los últimos años. Uno de los mayores peligros es su potencia extrema. Una pequeña cantidad de esta sustancia puede ser letal, lo que lo convierte en un riesgo significativo para aquellos que lo consumen sin supervisión médica.
La preocupación más apremiante es que cada vez más se está mezclando con otras drogas como la cocaína y la heroína. Los traficantes a menudo utilizan el fentanilo para aumentar la potencia de estas sustancias, pero esta práctica conlleva un riesgo enorme. Los consumidores no están conscientes de la presencia de este en las drogas que consumen, lo que puede llevar a sobredosis y muertes trágicas.
Otro riesgo es la facilidad con la que los jóvenes pueden acceder a él. A través de las redes sociales y el internet oscuro es posible adquirir esta droga sin levantar sospechas. La falta de regulación y control en la venta de sustancias ilícitas en línea ha facilitado su expansión y disponibilidad.
Sobra decir que las consecuencias en el uso no autorizado y supervisado del fentanilo son devastadoras; además de las sobredosis fatales, aquellos que logran sobrevivir sufren daños irreparables en su salud física y mental. La adicción a esta sustancia puede destruir familias y comunidades enteras dejando un rastro de desesperación y dolor.
La alerta en torno a dicho opiáceo sintético entre los jóvenes es una llamada de atención urgente para toda la sociedad. Es fundamental que los gobiernos, las instituciones educativas y los proveedores de atención médica trabajen en conjunto para abordar esta crisis, esto implica la implementación de medidas más estrictas para controlar su venta, así como programas de prevención y concienciación dirigidos a los jóvenes.
También es esencial brindar apoyo y recursos para aquellos que luchan contra la adicción al fentanilo. La atención médica especializada, la terapia y la educación son fundamentales para ayudar a los jóvenes a salir de este ciclo destructivo.
Combatir la amenaza del fentanilo requiere un enfoque integral y colaborativo. Solo a través de la acción coordinada y el compromiso de la sociedad en su conjunto podremos proteger a nuestros jóvenes y frenar este peligro que cuesta vidas. El tiempo apremia, y la vida de nuestros jóvenes está en juego.
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