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DiarioSinSecretos.com / Angélica García Muñoz
El mundo católico celebra la Fiesta de la Divina Misericordia, instituida por San Juan Pablo II, en el año 2000, en la ceremonia de canonización de Santa Faustina Kowalska – religiosa polaca- a quien Jesús la invita a cumplir su voluntad de hacer conocer al mundo la infinita bondad de Dios. Acercar y proclamar la verdad revelada en la Sagrada Escritura sobre el amor misericordioso de Dios a cada persona.
Jesús, en una de sus revelaciones a la religiosa polaca, le dice: “Hija Mía, sé diligente en apuntar cada frase que te digo sobre Mi misericordia porque están destinadas para un gran numero de almas que sacarán provecho de ellas” (Diario, 1142).
La labor de Faustina, fue que el mundo alcanzara la misericordia de Dios, especialmente los pecadores, a través de la práctica a la Divina Misericordia, presentadas por el Señor Jesús: 1) La imagen de la Divina Misericordia con la inscripción: Jesús, en ti confío; 2) La fiesta de la Divina Misericordia, el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; 3) La coronilla a la Divina Misericordia y la oración a la hora de la Misericordia (las tres de la tarde). A estas formas de la devoción y a la propagación del culto a la Divina Misericordia el Señor Jesús vinculó grandes promesas bajo la condición de confiar en Dios y practicar el amor activo hacia el prójimo.
Otro mensaje de Jesús, refiriéndose a su Padre Celestial; “Me complacen las almas que acuden a mi misericordia. A estas almas concedo gracias que superan sus peticiones. No puedo castigar ni al más grande de los pecadores si recurre a mi compasión, sino que lo justifico en mi insondable e inescrutable misericordia”.
Durante sus revelaciones a Santa Faustina, Nuestro Señor también destacó su segunda venida, prometiendo regresar en gloria para juzgar al mundo, como se describe en el Evangelio de San Mateo (Capítulos 13 y 25).
“Habla al mundo de Mi misericordia, para que toda la humanidad pueda conocer Mi insondable misericordia. Esta es la señal de los últimos tiempos; después de él vendrá el día de la justicia. Mientras aún hay tiempo, acude a la fuente de Mi misericordia” (Diario, 848).
La santa Faustina, es llamada por la Iglesia Católica mensajera del a Misericordia de Dios.
Cómo obtener la indulgencia plenaria en la fiesta de la Divina Misericordia
Durante la Fiesta de la Divina Misericordia es posible obtener una indulgencia plenaria. Por eso, los fieles deben vivir esta celebración con intensa piedad. San Juan Pablo II estableció, mediante un decreto, que el Domingo de la Divina Misericordia sea enriquecido con la Indulgencia Plenaria “para que los fieles puedan recibir más plenamente el don del consuelo del Espíritu Santo y de esta manera fomentar una creciente caridad hacia Dios y el prójimo y, habiendo obtenido ellos mismos el perdón de Dios, sean a su vez inducidos a perdonar inmediatamente a sus hermanos”.
Las Gracias del Domingo de la Divina Misericordia
Nuestro Señor misericordioso prometió conceder las siguientes gracias en la Fiesta de la Divina Misericordia:
“El alma que se encomiende y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. Ese día están abiertas todas las compuertas divinas por las que fluyen las gracias. Quien se acerque a la Fuente de la Vida en ese día recibirá el perdón total de las culpas y de las penas”.
“Ningún alma encontrará justificación hasta que se dirija con confianza a Mi misericordia. En ese día, los sacerdotes deben hablar a las almas de mi infinita misericordia”.
Jesús también enfatizó a Sor Faustina que su Misericordia es el último salvavidas que Él ofrece a la humanidad. “Las almas mueren a pesar de mi amarga Pasión. Os ofrezco el último salvavidas, es decir, la Fiesta de mi Misericordia. Si no adoran mi Misericordia, morirán para siempre”.
Significado de la imagen de la Divina Misericordia
La imagen de la Divina Misericordia le fue revelada a Santa Faustina por el mismo Nuestro Señor Jesucristo, quien le pidió que la pintara, y luego le explicó el significado detrás de cada detalle, además de decir lo que los fieles pueden lograr a través de ella.
La imagen es un símbolo de la caridad, el perdón y el amor de Dios, conocida como la “Fuente de la Misericordia”. La mayoría de las versiones muestran a Jesús levantando la mano derecha en señal de bendición y señalando con la mano izquierda su pecho del que brotan dos rayos: uno rojo y otro blanco.
“El rayo pálido significa el Agua que justifica las almas; el rayo rojo significa la Sangre que es vida de las almas (…) Dichoso el que vive a su sombra, porque no será tocado por el brazo de la justicia de Dios” (Diario, 299).
La Coronilla de la Divina Misericordia
Entre el conjunto de oraciones utilizadas como parte de la devoción a la Divina Misericordia se encuentra la Coronilla de la Divina Misericordia, que generalmente se reza a las 3:00 p. m., utilizando las cuentas comunes del rosario, pero con un conjunto diferente de oraciones.
Se reza el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo. Luego, en las cuentas del ‘Padre Nuestro’, se reza: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los de el mundo entero”. En las cuentas del ‘Ave María’ se reza: “Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. Finalmente, se debe repetir tres veces: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal», ten misericordia de nosotros y del mundo entero”.
La promesa de Jesús a quien rece la Divina Misericordia, es: “Quien la rece obtendrá por ella que todo lo que pida se le haga realidad, siempre que sea conforme a la voluntad de Dios”.
Quien rece la Coronilla de la Divina Misericordia recibirá misericordia, especialmente en el momento de la muerte, y los sacerdotes la recomendarán a los pecadores como última tabla de salvación. “Defenderé con mi propia Gloria a toda alma que rece esta Coronilla en el momento de la muerte, o cuando las demás lo recen junto con el moribundo, quienes obtendrán el mismo perdón”.Condiciones para recibir la Divina Misericordia
Para recibir la Misericordia de Jesús, especialmente en la Fiesta de la Divina Misericordia, es necesario acercarse al Señor con corazón contrito y humilde, arrepentirse de los pecados, confiar firmemente en la Divina Misericordia de Jesucristo y acercarse al Sacramento de la Confesión en ese día o siete días antes o siete días después. Recibir la Comunión Eucarística, venerar la imagen de la Divina Misericordia y practicar obras de misericordia.
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