Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Argentina, Javier Milei, sorprendió a los asistentes con un discurso polémico. En sus declaraciones, afirmó que la ONU está controlada por «burócratas internacionales» que imponen una agenda socialista, afectando principalmente a los países en vías de desarrollo. Según Milei, estas políticas limitan el crecimiento económico y la soberanía de las naciones más pobres.
El mandatario, conocido por su estilo libertario, destacó que Argentina no se someterá a las presiones externas de organismos internacionales.
Argumentó que las instituciones globales están diseñadas para mantener el statu quo y frenar la prosperidad de los países en desarrollo. Su discurso resonó con su promesa de campaña de llevar a Argentina hacia una independencia política y económica más firme.
Milei también mencionó que el futuro de su país dependerá de reducir la intervención del Estado y el cumplimiento de reformas económicas radicales. Aunque su postura ha generado aplausos entre sus seguidores, sus críticas a la ONU han suscitado preocupación en la comunidad internacional, que considera que su enfoque podría aislar aún más a Argentina en el panorama global
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