DiarioSinSecretos.com / Angélica García Muñoz
Ciudad de Puebla.- El Padre José Luis Reyeros, pidió a miembros de la Familia de la Cruz a seguir trabajando con denuedo – decisión, valentía, ánimo, arrojo, osadía- por la causa de Beatificación de Monseñor Ramón Ibarra y González.
El promotor de la causa de Beatificación del primer Arzobispo de Puebla Ramón Ibarra y González, expuso ante miembros de la Alianza de Amor Con el Sagrado Corazón de Jesús, que mientras más se conozca al Siervo de Dios en todas las Parroquias, más se le va a invocar y Dios concederá un milagro, y lo eleve a los altares.
Cómo es tradicional el Padre Reyeros, consagró a la Virgen María de Guadalupe, a los miembros de Alianza de Amor, como lo hacía Monseñor Ibarra, y agradeció su amor y entrega a la causa de Ibarra y González y la de la Beata Concepción Cabrera, así como al Obispo y Virrey de la Nueva España, Juan de Palafox y Mendoza, quienes son modelos de vida a seguir.
Expresó que no se entiende la Puebla de hoy sin estos dos grandes hombres.
El Beato Juan de Palafox y Mendoza fundó la Biblioteca Palafoxinana y el Seminario del mismo nombre, en tanto que el Venerable Siervo de Dios, eleva este último a la categoría de Universidad, misma que no se ha detenido en su funcionamiento, incluso siguió en tiempos de la persecución religiosa, con la formación de seminaristas en casas particulares.
“Los fieles puede pedir la intercesión de Monseñor Ramón Ibarra y González en causas especiales y que Dios conceda un milagro. La investigación continúa y cuando se corrobore el milagro, podrá avanzar la beatificación. Posteriormente, se requerirá de otro milagro para ser canonizado, es decir, declarado santo”, explicó. La arquidiócesis de Puebla, la Familia de la Cruz y toda la Iglesia Católica de México, están trabajando por la Causa de Beatificación y Canonización de Monseñor Ramón Ibarra y González.
Orar por la Unidad de los Cristianos
Al presidir la Santa Misa el Padre José Luis Reyeros, hizo también hincapié sobre el llamado que hizo el Papa Francisco para entrar en oración por la unidad de los cristianos.
Luego de expresar que la unidad no significa uniformidad, dijo que cada movimiento, Obra o Apostolado, tiene su propio carisma y que se debe evitar la competencia entre sus miembros.
Llamó a no perder el centro que es Cristo y pedirle su gracia por la unidad de todo su pueblo.
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