La polémica en torno a la estatua de Poseidón en Progreso, Yucatán, se intensificó tras su repentina aparición a finales de mayo de 2024. El gobernador Mauricio Vila compartió una foto de la escultura recién inaugurada en X (anteriormente Twitter), donde se veía la imponente figura del dios griego situada sobre el mar, a pocos metros de la playa. Aunque inicialmente fue recibida con humor por los ciudadanos de la península, la situación cambió drásticamente con la llegada de fenómenos meteorológicos.
La tormenta tropical Alberto azotó el estado poco después de la instalación de la estatua, y unas semanas más tarde, se anunció la llegada del huracán Beryl. Estos eventos climatológicos generaron preocupaciones sobre la seguridad y la durabilidad de la escultura en su ubicación actual. Las críticas y los debates en redes sociales aumentaron, con muchos ciudadanos cuestionando la prudencia de mantener la estatua en un lugar tan vulnerable a los desastres naturales.
Ante esta situación, se considera la posibilidad de retirar la estatua para evitar daños mayores y garantizar la seguridad de la zona. La decisión sobre el destino de la escultura podría tomarse en función de las evaluaciones técnicas y las recomendaciones de expertos en medio ambiente y seguridad.