DiarioSinSecretos.com / Por Angélica García Muñoz
En ocasión de la festividad de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, es conveniente hacer presente el mensaje que Jesús le dio a la Beata Concepción Cabrera de Armida, para sus sacerdotes, según la obra “A mis sacerdotes”, escrita por la fundadora de las Obras de la Cruz.
“Que los Obispos se muevan y conmuevan a la obra restauradora de su Iglesia, comenzando por sus sacerdotes, hay mucha paja y poco grano».
Así habla Dios- hombre- en su eterno presente, a la beata en confidencias de su corazón, donde expresa que a las almas que más ama es a sus sacerdotes, para consolar a su Padre, y los quiere santos, según su Corazón.
El mensaje de Cristo es siempre actual: » El mundo se hunde, no por falta de obreros en su viña, sino por falta de buenos y santos obreros”.
Aquí, parte del texto:
» Quiero sacerdotes que me vean a Mí y no se busquen así mismos: quiero realizar en mi Iglesia ese ideal que me trajo a la tierra; esa perfección sacerdotal que hará sonreír a mi Padre, embelesarme de alegría y llover bendiciones sobre el mundo.
Quiero reinar, por mis Sacerdotes Santos; quiero millones de almas que me amen, pero atraídas por corazones puros, sin más interés qué el de consolarme glorificando al Padre por el Espíritu Santo. La gloria del Padre es mi mayor consuelo; y como lo que más ama más en la tierra son sus sacerdotes, quiero darle sacerdotes según mi Corazón, según mi mente, según el ideal que llevo en mi alma y del que di ejemplo a mi paso por la tierra.
Ese ideal tienen que conquistarlo con sangre, con gemidos, con lágrimas, pero sobre todo ofreciendo al Verbo , que es el canal por donde el Padre y el Espíritu Santo se derraman en gracias.
Que se muevan y conmuevan los Obispos a la obra restauradora de mi Iglesia, que tiene que comenzar con sus sacerdotes. Hay mucha paja y poco grano; muchas apariencias y pocas realidades; mucha superficie y poco fondo; muchas hojas y muy escaso fruto; mucho número, pero pocos que satisfagan a los anhelos de mi Corazón.
Claro que también hay en mi Iglesia mucho bueno que hace contrapeso a lo malo, pero ya estoy cansado de medianías; y el mundo se hunde, no porque falten obreros en mi viña, sino porque faltan buenos y santos obreros, que solo vivan por mis puros intereses y por la gloria de Dios».
(Tomado del libro “A mis Sacerdotes», Obra escrita por la Beata Conchita de Armida, que narra las confidencias que ella recibió de Jesús en los años 1927-1932.