El K-pop ha dejado de ser un fenómeno local para convertirse en una fuerza imparable en la industria musical global. Grupos como BTS y BLACKPINK han roto récords de ventas y streaming, consolidándose como referentes culturales. Además, el género ha sido una plataforma para abordar temas como la salud mental y la inclusión, conectando profundamente con sus fans en todo el mundo.
