* La ceremonia será el 25 de julio, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
En reconocimiento a sus aportaciones al arte y la cultura de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) otorgará al escritor Juan Tovar, la Medalla Bellas Artes. La entrega se realizará en la ceremonia que tendrá lugar en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el próximo miércoles 25 de julio a las 19:00.
Originario de la ciudad de Puebla (23 de octubre de 1941), en la adolescencia Juan Tovar vislumbró su futuro en la literatura dado a que la realidad no le gustaba y como una forma de escape comenzó a escribir. Llegó a la Ciudad de México con ese afán y atraído poderosamente por los cuentos y las novelas, se inició en estos géneros para posteriormente incursionar en la dramaturgia y la creación de guiones para cine, además de desarrollarse como traductor y periodista. Estudió con Juan José Arreola, Luisa Josefina Hernández y Emilio Carballido.
Es autor de las novelas El mar bajo la tierra (1967), La muchacha en el balcón o la presencia del coronel retirado (1970) y Criatura de un día (1980); así como de la antología de cuentos Hombre en la oscuridad (1965) y los cuentos Los misterios del reino (1966) y El lugar del corazón (1974).
Juan Tovar ha escrito una página especial dentro de la dramaturgia mexicana con obras icónicas como Las adoraciones (1981), Manga de clavo (1989), Manuscrito encontrado en Zaragoza (1985), El monje (1988), Cura de locura (1992) y Las adoraciones (segunda versión, 1993).
Es autor de las versiones teatrales de La marquesa de Sade (de Yukio Mishima, 1988), Aura (1989), La hija de Rapaccini y Los encuentros (basada en la obra de Juan Rulfo, 1992); y del guion cinematográfico Reed, México Insurgente (1970), Pueblo fantasma (en colaboración con Ricardo Vinós y Parménides García Saldaña, basado en el cuentoFinal feliz), Dollar Mambo (1993) y Crónica de Familia (1985), entre otras.
Ha traducido al español la obra de Carlos Castaneda, William Butler Yeats, Gerard Manley Hopkins, Jan Kott, Kakuan, Thomas Middleton y William Rowley. Asimismo, ha sido profesor en la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA y en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM, así como en el Centro de Capacitación Cinematográfica, la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba y el Foro de la Rivera.
Ha ganado el Premio de Cuento Injuve (1966) por La plaza y otros cuentos; Premio de Cuento de La Palabra y El Hombre 1966 por Los misterios del reino; Premio de Novela del I Concurso de la Juventud SEP 1970 por La muchacha en el balcón o la presencia del coronel retirado; Premio Alfonso X de Traducción Literaria 1984 por El contrapaso, de Thomas Middleton y William Rowley; Premio Ariel 1987 por Crónica de la familia y Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2007.
Colaborador de Casa de las Américas, Diorama de la Cultura, El Cuento, El Día, El Heraldo de México, Ovaciones, Revista de Bellas Artes, Revista Universidad de México y Siempre!, fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1964 y 1974) y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
Pensé que ya se habían olvidado de mí: Juan Tovar
“Recibir la Medalla Bellas Artes me hace sentir muy honrado y conmovido —afirmó el escritor mexicano—. No lo esperaba, sobre todo porque pensé que ya se habían olvidado de mí. Es un reconocimiento muy importante, sin duda alguna. Otros compañeros ya la han recibido, como José Agustín, que es tres años más joven que yo. Eso me emociona: estoy muy agradecido con los responsables de ello”.
Consideró: Siendo dramaturgo, cuentista, periodista, guionista y traductor, creo que en la decisión de darme la Medalla Bellas Artes se contempla toda mi obra, pero pienso que pesa más la faceta de dramaturgo. El año pasado se publicó el primer volumen de mi Teatro reunido I y me parece que esto pudo haber tenido cierta influencia.
Con más de 50 años de trabajo, Juan Tovar se ha desempeñado en varios campos. “Empecé como cuentista desde muy chico, pero me parece que la faceta de teatro es la que más se ha destacado, desde los setenta para acá y desde entonces no he dejado de escribir.
“Pertenezco a una generación de escritores que, sin duda, abrieron camino, que se expresaron muy libremente y rompieron ciertos paradigmas, me refiero a la generación de la Onda, junto con José Agustín, Parménides García, Gustavo Sáinz y otros. Gustavo decía que yo era el chico de la Onda”.
No obstante, señaló que la dramaturgia le ha dado grandes satisfacciones. “Es aquí donde creo que se ha reconocido más lo que he hecho, se han montado mis obras constantemente, aunque como narrador también, pero aquí se agotan mis libros y luego tardan años en reeditarse”.
Juan Tovar insiste en que se encuentra en activo, no deja de escribir. Actualmente —informó— estoy trabajando, como miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, en un texto que se llama Cambio y recambio, es una obra experimental, con tinte político, que trata de los cambios en México; es totalmente naturalista y realista. Cambio sucede en 2006 y sus personajes son ciudadanos de a pie, cotidianos, de distintas filiaciones políticas, discutiendo el cambio en México y hablando del sexenio anterior.
Casualmente, agregó, el Recambio sucede en 2018 y la he estado escribiendo en paralelo a la realidad, eso la hace interesante. Se trata de una farsa fantástica, no es realista, pero se refiere “a las próximas elecciones”. Ya entregué una primera parte al Sistema Nacional de Creadores de Arte y estoy dándole el último tratamiento.
“Todo esto —afirmó Juan Tovar— me parece interesante porque, entonces, ya se juntan dos líneas históricas principales que abordo en mi obra: la de remontarme al pasado y la de ver cosas más del presente, con obras también que están en mi Teatro reunido I.
En este título, presentado en 2017 y cuyo segundo volumen se dará a conocer este año, Juan Tovar agrupa su obra en tres grandes secciones: La patria desterrada. Antihistoria nacional, El dictador intermitente. Trilogía de Santa Anna y Huaxilanerías. Todas ellas conforman su perspectiva de la historia dramática y las farsas sobre la actualidad política en periodos claramente marcados: la Colonia, la Reforma, la Revolución y los años en que se comienza la configuración del México actual haciendo una parada especial para presentarnos al antihéroe nacional por excelencia: Antonio López de Santa Anna.
En esa revisión del pasado y presente mexicano, el escritor ve con buenos ojos el desarrollo del arte en México, aunque reconoció que “no estoy muy al tanto de lo que se está haciendo, sin embargo, me parece que el arte y la cultura irán para adelante, será para bien”.
Y en tono festivo, concluyó: “Hacía tiempo que no recibía un premio y recibir la Medalla Bellas Artes me es alentador. Me parece que el galardón es muy importante por la gente que lo ha ganado y también por quien lo da. Yo la dedicaría al futuro del teatro mexicano. De ello tal vez hablemos ese día con mi presentador, Flavio González Mello, y será una conversación interesante”.