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Dra. Margarita Tlapa Almonte
En muchas comunidades rurales, indígenas y también urbanas de la Región de Cholula se celebra el Día de Muertos. Inicia para muchos el 28 de octubre y culmina el 2 de noviembre.
Es un período de fiesta que interrumpe la vida cotidiana de los pobladores para convertirse en fiesta y encuentro de muertos y vivos. Para los pueblos de la Región de Cholula, la celebración inicia en el mes de septiembre cuando, precisamente el día 8 de septiembre, con el tianguis prehispánico y milenario de Cholula conocido como la Feria o Trueque para algunos, cuando vienen a comercializar y a realizar compras previas para las Primeras Ofrendas como lo son: petates, sahumerios, incienso, chiquigüites y canastas para el pan y la fruta, rebozos, aperos de labranza si fue campesino, candeleros para las velas y más.
A partir de esta fecha en la región de Cholula, los muertos comienzan a retomar vida porque sus familiares piensan en ellos y se organizan a través de los preparativos que van a realizar en relación a que comprar, que le gustaba vestir, comer, cuál era la actividad a la que se dedicaba y más.
Se piensa en el espacio destinado a la Ofrendas, los responsables de los panteones, es decir las autoridades tradicionales del barrio o pueblo inician faenas o el tequio para la limpieza del panteón porque los familiares comenzaran a llegar a arreglar las tumbas. Cada pueblo de acuerdo a su conocimiento tradicional sabe que llegaran.
De acuerdo a la fecha que le corresponde, en la región de Cholula muchos pueblos que se corresponden al municipio de San Andrés Cholula, de Coronango, Cuautlancingo, Juan C. Bonilla, y pueblos de la región de los volcanes correspondientes a los municipios de Nealtican, San Nicolás de los Ranchos, Calpan, entre otros saben que el llegaran sus difuntos: el 28 para los que fallecieron en accidente, el 29 de octubre para los niños del limbo, el 30 de Octubre los niños y el día I de Noviembre esperan a los difuntos grandes como les denominan que son los adultos.
Todos llegan a las 12 horas del día correspondiente y se despiden el día posterior a las 3:00 de la tarde. Pero antes de eso los familiares se preparan para realizar sus Ofrendas donde la familia participa, las mujeres guisando y preparando toda clase de alimentos como el mole, los tamales, el dulce de tejocote, puchero, dulce de calabaza, dulce de arroz y dulces, los hombres y niños elaborando labrando el pan de muerto u hojaldras y colocando la Ofrenda. Los niños participando en todas las actividades queriendo participar y aprender, felices porque colocan las calaveras de dulce, de amaranto y de chocolate.
En San Pedro Cholula en los barrios de Santiago Mixquitla, San Matías Cocoyotla y San Cristóbal Tepontla, los jóvenes se organizan para preparar sus vestimentas y/o disfraces para salir de Animeros y los Padres, respectivamente, y salir a pedir un tamalorum, hojaldrorum o haranjorum, lo que les quieran obsequiar.
Una gran unidad familiar que se convierte en fiesta familiar y de la comunidad. Pero sobre todo en el encuentro que tendrán con sus difuntos que ya vienen en camino y donde los recuerdos cobran vida, particularmente de sus gustos, todo con el propósito de no olvidar a sus seres queridos un encuentro o ritual con ceremonias y ofrendas de las almas esperadas y el dialogo intenso del mundo actual, de espiritualidad y tranquilidad.