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La noche de anoche, el ex jefe de la policía ministerial de Puebla, Adolfo Karam Beltrán, obtuvo la libertad condicional para seguir su proceso por el delito de tortura en contra de la señora Lydia Cacho Ribeiro, luego de haber sido detenido el 13 de julio de 2023 en Boca del Río, Veracruz.
Hay que observar que únicamente el ex gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, se encuentra en la prisión del Altiplano, desde 2021, por la misma acusación, cuando en realidad Cacho Ribeiro nunca fue torturada, constando en sus declaraciones plasmadas en el expediente que tiene en su poder la fiscalía, antes procuraduría de justicia.
Lydia Cacho, estampó su firma aceptando que fue bien tratada en el trayecto Cancún-Puebla, nunca encarcelada y menos torturada. En ese entonces (2005) le fue practicado el examen médico de rigor por llegar procedente de otro estado del país.
En su declaración estuvieron presentes representantes de la Comisión de Derechos Humanos, además de las priistas legisladoras que abogaron siempre por ella, Lucero Saldaña y Rocío García Olmedo, así como otros representantes sociales.
Se constató que nunca hubo huellas de tortura y así fue asentado en la averiguación; sin embargo, Cacho recurrió a sus influencias que tenía con periodistas ligados a periódicos nacionales y reactivó el asunto cambiando sus declaraciones, no obstante que en 2007 la Suprema Corte de Justicia de la Nación exoneró a Mario Marín Torres.
Adolfo Karam, seguirá su proceso en libertad; Kamel Nacif Borge, se encuentra en el Líbano presumiendo que todavía es el rey de la mezclilla; Guillermo Pacheco Pulido, ex presidente del Tribunal Superior de Justicia, nunca fue llamado a declarar; Blanca Laura Villeda, ex procuradora de Justicia, tampoco fue requerida; Jean Sucar Kuri, el pederasta señalado por Lydia Cacho en su libro “Los Demonios del Edén”, murió a los 93 años por insuficiencia cardiaca; Lucero Saldaña y Rocío García Olmedo, guardan un silencio ominoso.
¿Y entonces Mario Marín?
Acaba de cumplir 70 años y eso sería un justificante legal que lo enviara a su casa y desde ahí continuar su defensa; su estado de salud no es del todo satisfactorio y fue exonerado hace más de tres lustros por la SCJN.
¿Preso político?
Aquí habría que cuestionar el procedimiento jurídico.
POSDATA: Mario Marín Torres, no es un delincuente; no es pederasta; no está acusado de robo; no es un criminal.
Esto huele a venganza y Lydia Cacho Ribeiro se presta a la infamia, mientras goza la buena vida en las aguas de las Islas Canarias y en Madrid, España, donde decidió exiliarse.
La conciencia atormenta.
POSDATA 2: Había pasado la elección de 2010 que arrojó el triunfo de Rafael Moreno Valle Rosas, a la postre un tirano gobernador que dejó endeudados a los poblanos por 70 años con obras faraónicas, hoyos financieros y concesiones leoninas al estilo de “Aguas de Puebla”.
Mario Marín Torres, me invitó a desayunar en Casa Puebla. Entre tantas cosas, le comenté que casi todos los reporteros, directores o dueños de medios de comunicación que dijeron ser sus amigos y le habían adulado, lo iban a traicionar sin importarles los beneficios recibidos.
Quizá no me creyó.
Sucedió.
Pocos en el medio periodístico saben respetar la palabra empeñada y pueden presumir de hombría.