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En una mañanera breve desde Jalisco, dominada por las fallas en la conexión a internet en los seis estados donde comenzará la campaña de vacunación a adultos mayores para dosis de refuerzo contra el Covid-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador y parte de su gabinete fueron inoculados.
La primera en acceder a la vacuna fue la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, quien manifestó no haber tenido ninguna reacción alérgica en su esquema primario.
-¿Reacciones adversas a la vacuna anterior?
-Ninguna, contestó.
A él, le siguieron los mandos de las Fuerzas Armadas de México, a quien el presidente López Obrador ha entregado la distribución de las vacunas en todo el país. El primero fue el almirante secretario de la Marina, José Rafael Ojeda Durán, después el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucío.
Al último, como queriendo escapar de la escena, fue el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, quien fue vacunado.
“Lo estaba pensando”, bromeó el mandatario federal.
El único miembro del gabinete que no quiso ser vacunado en la conferencia matutina fue el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón.
-Entonces, ya saben quién, dijo López Obrador, mientras se quitaba su abrigo para mostrar su brazo, mientras recibía un aplauso.
-Ánimo, señor presidente, no duele mucho, le gritó otra mujer.
-Poniendo la muestra, desde el más alto nivel, reviró otro ciudadano.
-Salió en el brazo más dominante, el izquierdo, le dijo Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco.
El jefe del Ejecutivo federal decidió terminar la rueda de prensa argumentando el frío, pero más por el reposo necesario que debía guardar tras la vacunación.
“Un abrazo a todos los adultos mayores de Jalisco y de México”, concluyó.