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Ante el tumulto generado por la reciente aprobación de la reforma al Poder Judicial, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, salió al paso de las especulaciones sobre posibles negociaciones para conseguir los votos necesarios en el Senado. En una declaración contundente, López Obrador abordó de manera específica los votos de los senadores panistas Miguel Ángel Yunes Linares y su hijo, Yunes Márquez, que jugaron un papel crucial en la aprobación de la iniciativa.
El presidente desmintió categóricamente que haya habido algún tipo de negociación con los senadores para obtener el voto que faltaba al bloque oficialista. «Nada se negoció, nada absolutamente. ¿Y sabe por qué se piensa que hubo una negociación? Porque ese es uno de los problemas que tienen los conservadores y sus voceros: creen que somos iguales a ellos. Le podría decir que no hablé con el señor Yunes, ni con su hijo», afirmó López Obrador durante su conferencia matutina en Palacio Nacional.
A pesar de las diferencias que el presidente reconoce tener con los senadores panistas, López Obrador expresó su satisfacción por el cambio de postura de estos legisladores, quienes finalmente respaldaron la reforma constitucional que propone someter a votación popular a jueces, magistrados y ministros. «Tengo diferencias con él (Yunes), son públicas, notorias, como tengo diferencias con muchos otros, pero siempre en la política hay que optar entre inconvenientes y es buscar el equilibrio entre la eficacia y los principios», indicó el presidente.
Esta declaración de López Obrador se enmarca en un contexto de intensas discusiones y críticas en torno a la reforma judicial, que ha suscitado una amplia gama de opiniones y reacciones tanto a nivel legislativo como en la esfera pública.