DiarioSinSecretos.com /Por Angélica García Muñoz
Sabias qué:
La Venida del Espíritu Santo es algo actual,
con ésta efusión de gozo derramada sobre sus hijos adoptivos, el mundo entero se desborda de alegría
Por eso la presencia del Espíritu Santo se asocia al Amor, al Gozo, a la Alegría, a la Fuerza , a la Paz , a la Comprensión, Servicialidad, Bondad, Lealtad, Amabilidad Dominio de sí….. “Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu” (Ga 5,22-23.25).
Jesucristo prometió insistentemente a sus discípulos que les enviaría al Espíritu Santo
“ Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la Verdad.”( Juan 14,16 – 17).
“El Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.”(Jn 14, 26 )
“ Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré. ” ( Jn 16, 7 )
Por razones que no es fácil descubrir, Jesús da a entender que entre su presencia física y la venida del Espíritu Santo, que se presentan como incompatibles, es preferible para nosotros esta última. El vacío y la tristeza que había de producir la marcha de Jesús sería compensado ventajosamente con la venida del Consolador.
El Consolador posee categoría divina como Jesús . Es sencillamente Dios, la tercera persona de la Trinidad Santísima, a quien adoramos y alabamos lo mismo que al Padre y al Hijo de quienes procede.
Diríamos que todo lo que posee el Espíritu Santo lo ha recibido del Padre y del Hijo. Él es Don de Dios por excelencia; Don en el doble sentido de “dádiva” o realidad que proviene de Dios y también de “regalo” con destino de ser entregado a los hombres de manera gratuita.
La palabra que mejor expresa al Espíritu Santo en sí mismo es la del Amor, Ese algo indefinible, que une a dos seres inteligentes cuando se aman, cobra en Dios categoría de persona, como resultante del Amor del Padre y del Hijo. Por lo de más es vano todo intento de querer captar en palabras humanas lo que es y hace el Espíritu Santo, no pasaremos de aproximaciones.
Frecuentemente se llama al Espíritu Santo, Espíritu de Jesús. Con la misma verdad se podría llamar “Espíritu del Padre” . Pero lo que se quiere subrayar es la presencia del Espíritu Santo en la persona y la obra de Jesús. Ya en la Encarnación se hizo presente la sombra del Espíritu ( Lc 1,35 ), el mismo que apareció en el Jordán en figura de paloma (Lc 3-22 ), y qué empujó a Jesús al desierto para ser tentado ( Mt 4,1 ).
Jesús obraba siempre movido por la fuerza del Espíritu Santo, que estaba con Él. Por eso cuando promete enviar el Espíritu, no hace sino que destacar la continuidad de la misma obra.
+LOQUE SUCEDIÓ EL DÍA DEL PENTECOSTÉS
Iba a tener lugar el cumplimiento de la gran promesa. Un acontecimiento como éste no podía llegar de improviso; de aquí las palabras de Jesús a punto ya para partir al Padre:
“Una vez que comían juntos les recomendó: No os alejéis de Jerusalén; aguardad a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo”. (Hch 1,4-5 )
Todo sucedió como estaba anunciado:
“Al llegar el día del Pentecostés estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente un ruido del Cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu Santo le sugería”. (Hch 2, 1-4 )
No se tiene el detalle: “Estaban reunidos”. Eran los Apóstoles, algunos discípulos, y al frente de ellos María, en total 120 personas. ¿ Qué hacían? Oraban y esperaban. Dios escucha mejor la oración de los que se reúnen en el Señor.
Hubo signos extraordinarios, como el viento, las lenguas de fuego, el entusiasmo de los Apóstoles, los idiomas que hablaban. De esa suerte apenas hubo habitante de Jerusalén o forasteros que pudiera sustraerse a la realidad del acontecimiento. En el VIENTO se ha visto simbolizada la fuerza conque empuja el Espíritu Santo a quien lo recibe, convirtiendo su debilidad humana en fortaleza divina.
En las LENGUAS DE FUEGO se simboliza la acción del Espíritu Santo semejante a la del fuego, ilumina el entendimiento para que penetremos más profundamente y con mayor claridad en las enseñanzas de Jesús, calienta y anima para que hagamos con gusto y facilidad el bien, a pesar de todas las dificultades; quema y destruye en nosotros lo que hay de malo hasta transformarnos en otras personas más conformes al querer de Dios.
El día del Pentecostés es, además una fecha llena de significados en la historia del pueblo de Dios . Los judíos celebran esta fiesta a los 50 días de la Pascua y recordaban la Alianza hecha con Dios en el Sinaí, cuando el Pueblo recibió las tablas de la Ley y quedó convertido en verdadero Pueblo de Dios.
Ahora con la venida del Espíritu Santo , comienza a existir públicamente el nuevo Pueblo de Dios , que es la Iglesia y queda promulgada la Ley evangélica.
La Iglesia tiene conciencia viva de que el Espíritu Santo está con ella. es una presencia cálida, activa y vivificante, de la que no puede prescindir. Cada que hacemos la señal de la Cruz, lo hacemos “en el nombre del Padre , y del Hijo , y del Espíritu Santo”.
Cada año la Iglesia conmemora con una fiesta solemne el nuevo Pentecostés, esperando una nueva efusión del Espíritu.
A la Liturgia de éste día pertenece el himno “Veni Creator” , que se acostumbra cantar en otras ocasiones solemnes:
“Ven, Espíritu Creador;
visita las almas de tus fieles,
y llena de la divina gracia
los corazones que Tú mismo creaste,
Tú eres nuestro Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente Viva, Fuego, Caridad,
y Espiritual Unción.”
16 años cuestionándolo todo, investigación y crítica política sin censura.