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La valenciana Amparo Portilla Crespo, madre de 11 hijos, que falleció de cáncer de pulmón en 1996, a los 71 años de edad, ha sido declarada Venerable por el Papa Francisco por haber ejercido las virtudes cristianas en grado heroico, y la coloca en el camino de la beatificación, por lo cual la Iglesia Católica solo esperará un milagro de Dios por intercesión de ella.
El 17 de diciembre de 2001, la arquidiócesis de Madrid abrió su causa de beatificación, a través del cardenal Rouco Varela, presentándola como “una valenciana, ejemplar madre de familia”.
Amparo Portilla, nació en 1925, la mayor de cuatro hermanos, y a los 12 años de edad, perdió a su padre, encarcelado y asesinado en 1937 durante la Guerra Civil Española.
A los 18 años, se le impuso la medalla de Hija de María en su colegio del Sagrado Corazón, en Godella. Estudió Magisterio y Puericultura e impulsó la catequesis en la parroquia de la Santa Cruz.
En febrero de 1994, aceptó con serenidad cristiana el diagnóstico de su cáncer de pulmón, considerando su enfermedad como instrumento de acercamiento al Señor para ella y para todos los que estaban a su alrededor.
Luchó contra su enfermedad, diciendo que había generado una explosión de cariño en todos los que le rodeaban, familia y amigos. No dejó de interesarse por los problemas de los demás ni de los acontecimientos mundiales, políticos y sociales.
Soportó y ofreció con alegría las numerosas intervenciones médicas que se le practicaron, sin queja alguna, animando y dando cariño a los que le trataban, a su familia y conocidos.
Falleció en su casa, en Madrid, la madrugada del 10 de Mayo de 1996, mirando en sus últimos días una imagen de la Virgen de los Desamparados, dejando en todos los que la conocieron el poso de su profunda y auténtica vida cristiana.
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