La Iglesia Católica, festeja cada 22 de junio a Santo Tomás Moro (1478 -1535), patrono de los políticos y gobernantes, fue un humanista multifacético, hombre de leyes y traductor.
Se desempeñó como canciller del rey Enrique VIII de Inglaterra, quien fue su amigo por muchos años, pero quien finalmente lo mandaría matar por defender su fe cristiana.
Tomás Moro, pensaba que “no hay posibilidad de que una comunidad política ande bien si sus miembros no son respetuosos de la fe, la ética y la moral”, empezando por el rey quien es el que detenta el poder y quien debe dar el ejemplo.
«El hombre no puede estar separado de Dios, ni la política de la moral», afirmaba el santo, sugiriendo que así como el ser humano si se aparta de Dios está condenado a la perdición, de la misma manera, el ‘ámbito de los asuntos humanos’ (la organización social y política) desconectados de los límites y frenos morales se convierte en abuso, tiranía, injusticia e infelicidad generalizada. Tiempos aciagos como los que hoy vive el mundo hacen que sentencias como la de Moro cobren actualidad inusitada.
Oración a Santo Tomás Moro para pedir su intercesión
¡Oh gran Patrono de los gobernantes y políticos!
hombre sabio, firme, íntegro y amigo de la verdad;
intercede por nosotros ante Dios para santificar nuestra conciencia en:
humildad, modestia, calma,
pacífica, paciente, caritativa,
amable, tierna y compasiva;
para que igual que tú, digamos con fe y razón:
“La claridad de mi conciencia
hizo que mi corazón
brincara de alegría”
¡Oh Gran Santo de la inteligencia y la sabiduría!
ayúdanos a estar despiertos en vela y oración,
enséñanos la astucia para evidenciar los planes del enemigo,
entrénanos en la habilidad de luchar contra los hijos de las tinieblas,
guíanos en la gracia del trabajo diario para mostrar a Dios en todo momento,
inspíranos el deseo de ser fieles a Jesucristo y responder a su llamado.
¡Oh gran Santo enamorado de Cristo y María!
ayúdanos a combatir las ofensas con la recepción de la Eucaristía,
a tener una fe plena, esperanza firme y caridad ferviente;
para acercarnos a nuestro Señor en busca de luz y consejo,
donde todos nuestras obras, palabras y pensamientos
reflejen el amor de la Santísima Trinidad:
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén
Con información de Aci Prensa
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