Diariosinsecretos.com/Angélica García Muñoz
Ciudad de Puebla.- Durante la misa vespertina de la Cena del Señor, este Jueves Santo, el Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez, afirmó que «nuestra Pascua Cristiana lo es todo para la comunidad, para el creyente y el sacerdote, porque sin la Eucaristía no habría otros sacramentos, ni comunidad ni sacerdotes, ni Iglesia».
Al encabezar la celebración del Jueves Santo, en Catedral, señaló la importancia de la celebración de la Eucaristía dominical o Pascua del Señor, instaurada por Él mismo.
Dijo que la Iglesia Católica sigue perpetuando el sacrificio de Cristo desde aquel Jueves Santo en el cenáculo, pero ahora de manera no cruenta, porque Jesucristo derramó su sangre en la Cruz de una vez y para siempre.
Explicó que pese a que fue el Jueves, durante la Cena el Señor, que Jesús instituye su propia Pascua, la Iglesia celebra la Eucaristía dominical, porque ese día es Él mismo en que el Señor Resucitó.
El líder de la grey católica invitó a los poblanos y turistas que visitan Puebla a participar de los Oficios propios de la Semana Santa.
Recordó que “ La celebración de la Pascua Judía, recuerda todas las intervenciones de Dios en favor del pueblo de la antigua alianza y Jesús proveniente del mismo pueblo, celebra religiosamente estas fiestas del año litúrgico hebraico, y en el primer plenilunio de la primavera, se reúne con sus discípulos en torno a una mesa, tomó pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía» y
lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía». De esa forma , instituyó su propia Pascua.
Explicó que en cada Misa que celebra la Iglesia estamos conmemorando la Pascua del Señor instituida por Él mismo, y se conforma de: Palabra de Dios, la proclamación del Evangelio y la Misa es el mismo sacrificio del Calvario.
Enfatizó que La celebración del Jueves ya es parte del Viernes Santo y junto con el Sábado y Domingo Santos son los más sagrados para la Iglesia católica.
Expuso que nuestra Pascua Cristiana lo es todo para la comunidad, para el creyente y el sacerdote, porque sin la Eucaristía no habría otros sacramentos, ni comunidad ni sacerdotes, ni Iglesia, de ahí la importancia de la celebración de la eucaristía dominical
Convocó a Celebrar nuestra Eucaristía, que recuerda el gesto de Jesús con su discípulos cuando instituye en un Jueves Santo en el cenáculo , antes de iniciar su Pasión el sacramento de la Eucaristía
Evangelio de hoy y lecturas
Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
«Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de los hijos de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año; lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al atardecer”. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor.
Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera a la tierra de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación, como ley perpetua lo festejaréis».
Salmo
Sal 115, 12-13. 15-16. 17-18 R/. El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor. R/.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas. R/.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía».
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía».
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y este le dice:
«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?».
Jesús le replicó:
«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».
Pedro le dice:
«No me lavarás los pies jamás».
Jesús le contestó:
«Si no te lavo, no tienes parte conmigo».
Simón Pedro le dice:
«Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».
Jesús le dice:
«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos».
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».
16 años cuestionándolo todo, investigación y crítica política sin censura.