Diariosinsecretos.com / Angélica García Muñoz
Hoy en que la iglesia católica conmemora el dulce nombre de Jesús, que corresponde a la segunda semana de Navidad, o tiempo de la Epifanía, la reflexión del Evangelio en el fragmento de la primera carta de San Juan, el apóstol nos expone en qué consiste la auténtica filiación divina, considerada por algunos como una conquista del esfuerzo humano, pero que el evangelista Juan afirma que es un Don de Dios.
Vivir como hijos de Dios exige unas condiciones que van a ser como criterios ,para saber si estamos en comunicación con Él: obrar la justicia y amar al hermano.
Dios es justo , he aquí un segundo principio orientador de la vida moral del cristiano, que desempeña un papel semejante al de la frase “Dios es luz” y cuya consecuencia es que el que todo el que obra la justicia ha nacido de Dios, hasta aquí es la explicación de los padres dominicos.
En tanto que los sacerdotes diocesanos de la Catedral de Puebla en su homilía coinciden en que él que ama a Dios cumple sus mandamientos, quien no los cumple entonces es el anticristo.
“Si amamos a Dios cumplimos los mandamientos, pero porque a veces nos confundimos, debemos tener claro que el amor solo viene de Dios, y por tanto no debemos confiar que los seres humanos nos darán tal bien, pues ellos no podrán dar el amor de Dios, entonces de esa forma, no nos defraudarán.
Debemos preguntarnos ¿amo a mi prójimo?, ¿ al que no me es grato?.
Hagamos el bien al enemigo, y no sólo al que lo sentimos cercano, hay que incluso, desearle toda clase de bendiciones y que le vaya bien.
El verdadero cristiano es luz, sólo así se reconoce que en él vive Jesús.
La palabra del Evangelio de hoy nos exhorta a ser justos , pues sí sabemos que Él es justo , reconoceremos que todo el que obra la justicia a nacido de Él .
Mira que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios , pues ! lo somos!.
Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esperanza en Él se purifica así mismo , como Él es puro .
todo el que comete pecado quebranta la Ley de Dios.
Y sabes que Él se manifestó para quitar los pecados , y en Él no hay pecado.
Por eso todo el que permanece en Él no peca . Todo el que peca no lo ha visto ni conocido.
Demostrar entonces con acciones cotidianas gratas que Jesús vive en nosotros, así Dios se sigue encarnando, sigue viviendo entre nosotros.
Esa es una acción heroica, progresar cada día en el amor, que así sea.
Primera lectura
Lectura de la primera carta de Juan 2, 29 – 3, 6
Queridos hermanos:
Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él.
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
El mundo no nos conoce porque no lo conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley.
Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado.
Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no lo ha visto ni conocido.
Salmo de hoy
Sal 97, 1bcde. 3cd-4. 5-6 R/. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad, vitoread, tocad. R/.
Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dijo: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».